viernes, 7 de enero de 2011

El destino

Ayer por la mañana, iba yo andando con mi perrita (que no es ese bicho de arriba), y pensé: el destino existe, pues todo hecho repercute en hechos posteriores. Así pues, todo lo que tenga que pasar, pasará, pues un hecho depende de todos los anteriores, por ínfimos que sean. Lo que no sabemos es cual es ese destino, ni cualquier acción futura, pues no somos capaces de calcular todos los factores y mezclarlos convenientemente (sentimientos y emociones generadas por hechos anteriores, viento, cansancio...).
Así pues, la personalidad de uno, y todas las decisiones que tomamos, ya están tomadas.
En conclusión: la próxima vez que alguien te enfade, piensa que quizás su reacción, que viene de su personalidad, que viene de su enseñanza y de sus vivencias, que vienen generadas por otras personas y así hasta los albores de la humanidad, piensa que no es culpable de ser quién es, pero que tu puedes hacer que sea mejor. Por eso creo que cuando Jesús decía que perdonásemos tenía toda la razón.
Y recuerda: no le des la culpa al destino, ni te rindas por creer que éste es muy negro. Escoge el tuyo, y ése será el destino.

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