jueves, 28 de junio de 2012

Réquiem

A veces nos encontramos con que alguien se ha ido. Es triste, pero es así. Hay quien cree que simplemente ha ido a otro lugar, pero yo soy de los que creen que simplemente desaparecen en el sentido como los conocemos. Si la vida fuese eterna, no podríamos aprovecharla, esa finitud es la que nos impulsa a movernos, a seguir adelante, a aprovechar el tiempo, que dicen algunos. Si no somos capaces de amar a alguien, de llenarlo cuando está vivo, ¿cómo podemos ir a quererle a un sitio donde realmente él no está?, ¿acaso esos hesos son él? Aún así, el mundo está lleno de personas, y algunas de ellas dispuestas a amar, simplemente hay que mirar un poco más allá, hay que mostrar nuestra aura a quien tampoco está ciego. Porque el amor humano está por encima de las personas que ya conocemos, porque podemos creer en nuevas personas, porque el amor es tan especial como la vida, nace del respeto a los demás y a abrir los ojos.

jueves, 14 de junio de 2012

Humildad

Muchas veces nos sentimos mal. Es normal, es humano, incluso, a veces, cuando estamos "demasiado" felices, deseable. Porque es necesario sentirnos mal: nos enseña en que nos equivocamos y nos permite alcanzar la felicidad (¿quién la buscaría ahí?). Cuando estamos en ese estado, es muy común querer continuar en él, por extraño que quiera parecer, quizás porque es poético, dramático, bueno, cada persona tiene sus razones. Pero luego nos damos cuenta de que realmente no queremos estar así, que queremos volver a sentir algo parecido a un orgullo personal, o sólo volver a vivir, a encontrar esa eros instintiva que nos hace seguir adelante, en contra a la desidia que en esos momentos de tristeza experimentamos. Al final, conseguimos reducir estos momentos de tristeza, no en número, sino en duración, porque conseguimos concenciarnos antes de que queremos salir de ese estado.


Pero, también hay otros momentos, en que esta energía, sensación, eros, llámenla como quieran, en que nos invade el orgullo, nos cega nuestra locura momentánea, que nos hace creer que en ese momento actuamos correctamente, cuando en realidad lo que hacemos es dejarnos llevar por la pasión (no en sentido amoroso, sino que nos descontrolamos), lo cual no es malo por sí mismo, pero que en la mayoría de casos, puede causar dolor en otras personas. O cuando nos ciega el dolor, la rabia, también nos dejamos llevar por él, y decimos y hacemos cosas que en ese momento de ofuscación pensamos, pero que en realidad no creemos, porque han sido creados por ese mismo dolor. Porque no está mal sentir y expresarlo, pero perder completamente el control nunca es bueno, aunque sea sólo por empatía. En esos momentos, cobra importancia el significado de la humildad, no sólo como culpa que reconocemos cuando volvemos a un estado "normal", sino también como freno último, que en esos momentos debe recordarnos que no siempre tenemos razón. Y no es fácil, ni tener esta humildad en los momentos de vanidad, ni la fuerza para sobrevivir en los momentos de apatía, pero, ¿no es lo que queremos conseguir?

Quisiera dar las gracias a una persona que ha hecho que este sitio vuelva a funcionar, esperemos que mejor que antes. Gracias LeoPresumida.